miércoles, 14 de noviembre de 2012

Capítulo 13 : Reproches

SENTIMOS MUCHO NO HABER ESCRITO EN TANTO TIEMPO, HEMOS TENIDO UNAS SEMANAS MUUUUUY ESTRESANTES CON TANTOS EXÁMENES. POR ESO OS DEJAMOS ESTE NUEVO CAPÍTULO. ¡QUÉ LO DISFRUTÉIS¡

-¿No sabes que no está bien escuchar conversaciones ajenas?
La mano se quita de mi boca y por fin puedo hablar.
-¡¡Drew!! ¡¡Eres idiota o qué!!
Se rié y hace como si no hubiera dicho nada.
-Ha pasado mucho tiempo y necesitan hablar. Déjales tranquilos.
Me quedo enfurruñada y con gesto mohíno.
-¡Vale!-empiezo a tranquilizarme, así que intento razonar con él.-¿Me puedes enseñar mi habitación?
Sonríe y me conduce por la parte de arriba de la casa.
-Es ésta.

Mi habitación es preciosa y se ve que todo lo que hay en ella es bastante caro. Claro. Se me olvidaba que el Distrito 2 era, en la medida de lo posible, el más rico de Panem.
-¿De quién es esta habitación?
-Era de Sheyla. La dejó de utilizar cuando cumplió 10 años.
-¿Y la tuya dónde está?
-La mía está al final del pasillo.
-Pero si la mía está también al final.
Genial. Lo que me faltaba, estar a un cuarto de Drew. Perfecto.
-Emm...Vale, no importa.
Drew empieza a acercarse y me coje las manos.
-Siento haberme portado así. No debería haberte besado aquella noche.
-Bueno- no puedo mirarle a los ojos, por eso bajo la mirada.-Yo también tuve mi culpa al dejarte dormir en mi habitación. Lo sient...
Los labios de Drew se posan sobre los míos y yo no puedo resistirme. No solo porque es más fuerte que yo, sino porque todas mis defensas quedaron barridas en ese beso. De pronto pienso en Sean, y me separo de Drew.
-Te dije que estoy con Sean.
-Y yo te dije que no me rendiría tan fácilmente.
Nos fulminamos con la mirada durante un par de minutos. Al final suspiro y me empiezo a alejar de él.
-¿A dónde vas?
Le miro con cara de pocos amigos desde la puerta.
-A hablar con mi padre. ¿Dónde está el teléfono?
-Tienes uno en la pared, al lado de la cama.
-Entonces, si eres tan amable, déjame sola.
Drew sale por la puerta, con una expresión que no augura nada bueno. Noto que me sube un escalofrío por la espalda. Sea lo que sea, ya me enfrentaré a ello más tarde.
Marco el número de casa y espero hasta que alguien lo coje.

-¿Sí?
-Ey, enano, ¿qué tal estás?
-Ya estoy mejor pero sigo bastante mal.
-¿Ya te ha visto el médico?
-Sí, y me está cebando a pastillas.
-Ja, ja, ja. Oye, ¿está papá por allí?
Dime que si Raily, dime que sí.
-Está en la cocina haciéndome unos pasteles.
-¡Qué suerte tienes! ¿Le puedes decir que se ponga?
-Claro. Te quiero, Catnip.
-Y yo a tí, enano.
Durante unos segundos no se oye nada al otro lado del teléfono. Después, como por arte de magia, oigo una de las voces más maravillosas del mundo.
-Hola, mi niña. ¿Qué tal el "Tour"?
-Bueno...Ahora estamos en el Distrito 2, en casa de...Gale.
-¿En casa de Gale?
-Sí. Papá, necesito tu ayuda.
Y entonces me dispongo a contarle todo.

~ ~ ~ ~ ~ ~
 
Cuelgo el teléfono. Ha sido una conversación muy larga. Salgo de la habitación para buscar a Drew. Recuerdo las palabras más importantes de mi padre: Haz lo que te diga tu corazón...
Encuentro a Drew en su habitación, escuchando música. Por eso no me ha oído entrar. No me fijo demasiado en la habitación, en tonos marrones y blancos. Estoy más pendiente de otra cosa.
Drew me ve y apaga la música.
-¿Qué? ¿Quieres reprocharme algo más?
Se pone de pie y se me acerca con gesto hostil.
-No. No, en realidad venía a otra cosa.
Tomo una gran cantidad de aire y pienso meticulosamente cada palabra antes de decirla.
-Drew...Le quiero, y no puedo cambiar eso. Pero tampoco pienso alejarme de ti.
Y entonces me pongo de puntillas para devolverle el beso que debería haberle dado en mi cuarto.