El viaje hasta nuestro lugar de alojamiento resulta raro, silencioso e incómodo. Mamá va en el asiento delantero con Gale, mientras que yo voy en el asiento trasero del coche con Drew.
Al llegar al lugar donde tenemos que quedarnos, descubrimos que es la casa de Gale.
En la puerta hay dos personas, un chico y una chica, que deben de ser sus hijos por el parecido que tienen con él.
-Katniss -Creo que Gale solo se refiere a ella porque desconoce mi nombre. -Te presento a mi hijos: Dylan, Sheyla y Drew.
¡Pam! Al parecer mis sospechas eran ciertas, solo que no me esperaba algo así. Mi cara debe reflejar lo mismo que la de mamá, solo que la suya es una mezcla indescifrable.
-¿Es tu...padre?
-Sí. ¿Acaso no te lo esperabas?

El chico, Dylan, tendrá unos veintitantos años. Es muy parecido a Drew, pero él es más guapo.

La chica, Sheyla, se parece en cierto modo a mí. Tiene un largo y precioso pelo color chocolate, igual al mío. En su rostro se notan las facciones tanto de su padre como las de Drew, y ambos tienen unos bonitos ojos grises.
Dylan me mira de la misma forma que su hermano, supongo que Drew se lo habrá contado todo. Me pongo un poco roja al pensar en si le habrá contado que hemos dormido juntos.
Gale decide que lo mejor es que entremos a la casa, pero antes de que Drew entre, tiro de su brazo e impido que entre.
-¿Podemos hablar, por favor?
-No tenemos nada de qué hablar.
-Por favor Drew...
Empieza a andar hacia la parte trasera de la casa, así que entro un segundo para decir que volveremos más tarde.
Drew me conduce hasta la parte trasera de la casa, donde imagino que no nos oirán. De pronto se da la vuelta. Es entonces cuando cometo el peor error, zambullirme en sus preciosos ojos grises, y empiezo a tener pensamientos incoherentes.
-¿Por qué te ha sentado tan mal?
Me mira como si creyera que estoy loca.
-¿Qué por qué me ha sentado tan mal? ¡Me dijiste que me querías! ¿Es qué no pensabas en ese momento?
Me muerdo el labio, porque tiene toda la razón. No conseguía pensar con lógica. Sus besos me extasiaban, y solo era consciente de que él estaba conmigo.
-La verdad...es que en ese momento no sabía lo que sentía.
-Pues las cosas primero se piensan Catnip. -Abrí la boca para intentar replicarle, pero Drew se puso a hablar antes de que pudiera. -¡Escúchame...! Me dijiste que me querías, nos besamos, dormimos juntos... -Veo como baja la vista. -Y en cuanto apareció ese chico, ¡te olvidaste de mí!
-Yo... Lo siento. Sé que no debería haberlo hecho.
-Está bien. Te perdono. No me gusta estar enfadado con la gente.
-Gracias. ¿Amigos?
-Amigos.
Creo que no debería, pero lo primero en lo que pienso es en abrazarle. Decido que lo mejor es no hacerlo, solo le haré sentir peor.
-Deberíamos volver ya, mi padre se va a preocupar.
Lo que sí hago es ofrecerle mi mano. Él se lo piensa durante un rato, pero finalmente la garra con fuerza. Aunque el camino no es muy largo, se me hace eterno al ir ambos en silencio.
Cuando entramos en la casa no hay nadie. Drew me cuenta que su hermano tiene una casa en las afueras del distrito y que por eso no está aquí, y Sheyla estará en su cuarto.
Cuando voy a entrar en el salón, oigo a mamá hablando con Gale. Me pica la curiosidad, así que abro una rendija la puerta. Mi madre llora, y Gale la abraza, creo que intenta consolarla.
De pronto mamá grita si motivo aparente.
-¡¡Fuiste tú, Gale...!! ¡¡Tú mataste a Prim!!
Prim... Mi madre me ha hablado mucho sobre ella. Mi tía, una víctima más de la estúpida rebelión que convirtió a mamá en una leyenda en todo Panem.
-¡No fue así Catnip, y tú lo sabes!
Me quedo helada. ¿Me lo he imaginado, o Gale a llamado a mi madre por mi nombre?
-No me llames así. Ya no soy esa niña de 16 años que se entretenía jugando contigo a los cazadores. Los Juegos me arrebataron hasta eso.
Quiero seguir escuchando, pero de pronto una mano me tapa la boca y me arrastra lejos de la puerta...